Debían hacer un anuncio en todas sus ciudades y en Jerusalén, diciendo: “Vayan al monte y traigan ramas de olivo, de acebuche, de mirto, de palma y de otros árboles frondosos, para hacer refugios para vivir, como lo exige la Ley”.
“Este será para ustedes un día para recordar. Lo celebrarán como un festival para el Señor por las generaciones futuras. Observarán esto por todos los tiempos venideros.
“Serán jueces en las causas judiciales y basarán sus decisiones en mis leyes. Deben seguir mis instrucciones y reglamentos respecto a todas mis fiestas religiosas regulares, y deben santificar mis sábados.
Ese mismo día anunciará una reunión santa, y no deberá hacer ningún trabajo habitual. Este reglamento es para todos los tiempos y para las generaciones futuras, dondequiera que vivan.
“Estas son las fiestas sagradas del Señor, que anunciarán como reuniones sagradas para presentar ofrendas de comida al Señor. Estas incluyen holocaustos, ofrendas de grano, sacrificios y ofrendas de bebida, cada una de ellas de acuerdo al día específico.
¡Mira! Viene un mensajero desde las montañas y trae las buenas nuevas, proclamando paz. Celebra, Judá, tus festivales religiosos y guarda tus votos, porque los enemigos malvados no invadirán tu tierra nunca más. Serán destruidos por completo.