Esta regla se aplica a ustedes para siempre: una vez al año los israelitas harán expiación por todos sus pecados”. Moisés hizo todo lo que el Señor le ordenó.
Enel Tabernáculo de Reunión, fuera del velo delante del Testimonio, Aarón y sus hijos mantendrán las lámparas encendidas en presencia del Señor desde la tarde hasta la mañana. Este requisito debe ser observado por los israelitas durante todas las generaciones.
“Una vez al año, Aarón debe realizar el ritual de expiación poniendo en los cuernos del altar la sangre de la ofrenda por el pecado para la expiación. Este ritual anual de expiación debe ser llevado a cabo por las generaciones futuras. Este es el altar sagrado del Señor”.
El Señor le dijo a Moisés: “Adviértele a tu hermano Aarón que no venga al Lugar Santísimo en cualquier momento que lo desee, de lo contrario morirá. Porque ahí es donde aparezco en la nube sobre la cubierta de expiación del Arca, detrás del velo.
Moisés dijo esto a los israelitas, y ellos llevaron al hombre que maldijo al Señor fuera del campamento y lo apedrearon hasta la muerte. Los israelitas hicieron lo que el Señor le ordenó a Moisés que hiciera.
Esto no tiene como fin ofrecerse repetidas veces, como un sumo sacerdote que tiene que entrar al Lugar Santísimo después de un año, ofreciendo sangre que no es suya.
Pero solo el sumo sacerdote entraba a la segunda sala, y solo una vez al año. Incluso en ese momento tenía que hacer un sacrificio que incluyera sangre, el cual era ofrecido por sí mismo y por los pecados que el pueblo hubiera cometido por ignorancia.