“Entonces irá al altar que está delante del Señor y lo purificará. Tomará la sangre del toro y del macho cabrío y la pondrá en todos los cuernos del altar.
“Una vez al año, Aarón debe realizar el ritual de expiación poniendo en los cuernos del altar la sangre de la ofrenda por el pecado para la expiación. Este ritual anual de expiación debe ser llevado a cabo por las generaciones futuras. Este es el altar sagrado del Señor”.
Toma un poco de su sangre y ponla en los cuatro cuernos del altar, en las cuatro esquinas de la cornisa y en todo el borde. Así purificarás el altar y lo pondrás en orden.
El sacerdote tomará parte de la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá en las jambas del Templo, en las cuatro esquinas de la cornisa superior del altar y en las jambas del patio interior.
Así es como corregirá el Lugar Santísimo y lo purificará de la inmundicia de los israelitas, de sus actos de rebelión y de todos sus pecados. Hará lo mismo con el Tabernáculo de Reunión que está en medio de su campamento, rodeado de sus vidas inmundas.
Nadie puede estar en el Tabernáculo de Reunión desde que Aarón entra para purificar el Lugar Santísimo hasta que sale, después de haber arreglado las cosas para él, su casa y todos los israelitas.
Pondrá un poco de sangre en los cuernos del altar que está delante del Señor en el Tabernáculo de Reunión. Luego derramará el resto de la sangre del toro en el fondo del altar de los holocaustos a la entrada del Tabernáculo de Reunión.
Entonces el sacerdote debe tomar parte de la sangre de la ofrenda por el pecado con su dedo y ponerla en los cuernos del altar de la ofrenda quemada, y derramar el resto de la sangre en la base del altar.
El sacerdote pondrá un poco de sangre sobre los cuernos del altar de incienso aromático que está ante el Señor en el Tabernáculo de Reunión. El resto de la sangre del toro la derramará en el fondo del altar de los holocaustos, a la entrada del Tabernáculo de Reunión.