Él respondió: “Un hombre llamado Jesús hizo barro y lo puso sobre mis ojos y me dijo ‘ve y lávate tú mismo en el estanque de Siloé’. Entonces yo fui, y me lavé, y ahora puedo ver”.
Pero no tenemos idea de cómo es posible que ahora vea, o de quién lo sanó. ¿Por qué no le preguntan a él? pues ya está suficientemente grande. Él puede hablar por sí mismo”.