Y el Señor le dijo: “He escuchado tu oración y tu petición a mí. He dedicado este Templo que has construido poniendo mi nombre en él para siempre; siempre velaré por él y lo cuidaré.
David construyó allí un altar al Señor y presentó holocaustos y ofrendas de amistad. Invocó al Señor en oración, y el Señor le respondió con fuego del cielo sobre el altar del holocausto.
Esto es lo que dice el Señor: El cielo es mi trono, y la tierra es donde pongo mis pies. Entonces, ¿dónde estará esa casa que vas a construir para mí? ¿Dónde me acostaré para descansar?
Después de haber cruzado el Jordán, las siguientes tribus se pararán en el Monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.