Entonces algunos de ellos comenzaron a escupirlo. Le vendaron los ojos, lo golpeaban en la cabeza y le decían: “¡¿Por qué no profetizas ‘profeta’?!” Y los guardias se lo llevaron y lo golpearon.
Entonces Judas llevó consigo una tropa de soldados y guardias enviados de parte de los jefes de los sacerdotes y los Fariseos. Llegaron al lugar con antorchas, lámparas y armas.