Mientras tanto, la multitud había crecido hasta llegar a ser miles, y se empujaban unos a otros. Jesús habló primero con sus discípulos. “Cuídense de la levadura de los Fariseos, de la hipocresía.
Esta fue la primera de las señales milagrosas de Jesús, y fue realizada en Caná de Galilea. Aquí él dio a conocer su gloria, y sus discípulos pusieron su confianza en él.