De modo que Jesús no viajaba de manera pública entre los judíos sino que se fue a una ciudad llamada Efraín, en la región cercana al desierto, y permaneció allí con sus discípulos.
Ellos fueron donde Juan y le dijeron: “Rabí, el hombre con el que estabas al otro lado del Jordán, del cual diste un testimonio favorable, ¡mira, ahora está bautizando y todos están acudiendo a él!”