Los sacerdotes y los Levitas enviados por los Fariseos
¡Fariseos ciegos! Limpien primero el interior de la taza y del plato, para que entonces el exterior esté limpio también.
Cuando Jesús se iba, los maestros religiosos y los Fariseos comenzaron a atacarlo duramente, haciéndole preguntas para provocarlo.
Los Fariseos, que amaban el dinero, oyeron lo que Jesús dijo y se burlaron de él.
Pero los Fariseos y los maestros religiosos rechazaban lo que Dios quería que hicieran, porque se habían negado a ser bautizados por Juan.
“Yo soy ‘una voz que clama en el desierto: “¡Enderecen el camino del Señor!”’” dijo él, usando las palabras del profeta Isaías.
le preguntaron: “¿Por qué, entonces, estás bautizando, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”
(Los Saduceos dicen que no hay resurrección de la muerte, ni ángeles, ni espíritus; pero los Fariseos sí creen en estas cosas).
Me han conocido por mucho tiempo y pueden verificar, si eligen hacerlo, que he seguido la escuela religiosa que observa nuestra fe, de la manera más estricta. Pues vivía como Fariseo.