Los descendientes de José se habían convertido en dos tribus, Manasés y Efraín. A los levitas no se les dio ninguna tierra, sólo ciudades para vivir y pastos para sus rebaños y manadas.
Entonces Ezequías envió un anuncio a todos en Israel y Judá, y también envió cartas a Efraín y Manasés, invitándolos a venir al Templo del Señor en Jerusalén para celebrar la Pascua del Señor, el Dios de Israel.