Luego el Señor le habló a Jonás por segunda vez:
Los profetas de antaño que vinieron antes que tú y yo profetizaron guerra, desastre y enfermedad contra muchos países y grandes reinos.
El león ha rugido, ¿quién no temerá? El Señor ha hablado, ¿quién podrá negarse a hablar por él?
El Señor le habló a Jonás, el hijo de Amitaí, diciéndole:
Entonces el Señor mandó al pez a que vomitara a Jonás en la orilla.
“Ve de inmediato a la gran ciudad de Nínive, y anúnciales el mensaje que te doy”.