Entonces los marineros dijeron entre sí: “Echemos suertes para descubrir quién es el culpable de este desastre que ha venido sobre nosotros”. Así que echaron suertes y salió el nombre de Jonás.
En el duodécimo año del rey Jerjes, en el primer mes, el mes de Nisán, se echó “pur” (que significa “suerte”) en presencia de Amán para elegir un día y un mes, tomando cada día y cada mes de uno en uno. La suerte cayó en el duodécimo mes, el mes de Adar.
“Después de haber derrocado a siete naciones que vivían en la tierra de Canaán, Dios dividió su tierra entre los Israelitas y se las dio como heredad. Esto tomó cerca de cuatrocientos cincuenta años.
Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.