Jeremías había escrito en un pergamino una descripción de todos los desastres que vendrían a Babilonia: todas estas palabras escritas aquí sobre Babilonia.
Jeremías tomó otro rollo y se lo dio a Baruc. Jeremías le dictó todo lo que había en el pergamino que Joacim había quemado en el fuego y Baruc lo escribió. Se añadieron aún más mensajes de tipo similar.
“Pero en cuanto a ti, Daniel, mantén este mensaje en secreto, y sella el libro cerrado hasta el tiempo del fin. Muchos buscarán por aquí y por allá, y el conocimiento será cada vez mayor”.