Jeremías había escrito en un pergamino una descripción de todos los desastres que vendrían a Babilonia: todas estas palabras escritas aquí sobre Babilonia.
Y cuando les hayan leído esta carta, asegúrense de que también sea leída a la iglesia de Laodicea, y que ustedes también puedan leer la carta enviada a Laodicea.
Bendito es todo aquél que lee esto, así como los que escuchan estas palabras proféticas y prestan atención a lo que está escrito, porque el tiempo está cerca.