Porque estoy decidido a traer un desastre sobre esta ciudad, y no bendiciones, declara el Señor. Será entregada al rey de Babilonia, que la destruirá con fuego.
Esto es lo que dice el Señor, el Dios de Israel: Voy a volver contra ti las armas que tienes en la mano, las armas que usas para luchar contra el rey de Babilonia y el ejército babilónico fuera del muro que te asedia. Voy a llevarlas al centro de esta ciudad.
Si se quedan en esta ciudad, morirán por la espada, el hambre y la peste, pero si se van y se rinden a los babilonios que los están sitiando, vivirán. De hecho, será como ganar tu vida como si fuera botín de guerra.
esto es lo que dice el Señor sobre el rey que se sienta en el trono de David y todos los que quedan en Jerusalén, tus conciudadanos que no fueron llevados contigo al exilio.
Pero si no te entregas a los oficiales del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada a los babilonios. Ellos la incendiarán, y tú mismo no escaparás de ser capturado’”.