Y el Señor dijo: “Miren cómo estas personas están unidas y hablando el mismo idioma. ¡Si pueden lograr todo esto tan solo comenzando, nada les será imposible si se fijan un propósito!
Yo grité: “¡Estoy condenado! Voy a morir porque soy un hombre de labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto al Rey, al Señor Todopoderoso”.
“Sí, yo los bautizo en agua para mostrar arrepentimiento, pero después de mi viene uno que es más grande que yo. Yo no soy siquiera digno de quitar sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Otra persona recibe el don de realizar milagros. Otra, recibe el don de profecía. Otra, recibe el don del discernimiento espiritual. Otra persona recibe la capacidad de hablar en diferentes idiomas, mientras que otra recibe el don de interpretar los idiomas.
Y la lengua es una llama. Es una espada del mal en medio de las partes del cuerpo. Puede estropearte por completo como persona, y puede derrumbar toda tu vida, pues la enciende el fuego de Gehena.
Entonces vi a otro ángel que volaba por en medio del cielo. Tenía el evangelio eterno para que se anunciara a los habitantes de la tierra, a cada nación, tribu, lengua y pueblo.