El Señor exterminó a todo ser viviente: desde los seres humanos, hasta el ganado, los reptiles y las aves. Todos murieron y solo sobrevivieron los que estaban con Noé en el arca.
Noé creyó en Dios, y él mismo le advirtió sobre cosas que nunca antes habían sucedido. Y como Noé atendió lo que Dios le dijo, construyó un arca para salvar a su familia. Y por fe en Dios, Noé mostró que el mundo estaba equivocado, y recibió la recompensa de ser justificado por Dios.
y que se negaban a creer, siendo que Dios con paciencia esperó, durante los días de Noé, cuando estaban construyendo el arca. Apenas unos cuantos—de hecho, ocho personas—se salvaron “por el agua”.
Dios tampoco perdonó al mundo antiguo, pero protegió a Noé, quien le predicó a la gente sobre el Dios justo. Él fue una de las ocho personas que se salvaron cuando Dios envió un diluvio sobre un mundo de personas malvadas.
Como pueden ver, el Señor puede rescatar de las dificultades a quienes lo respetan, y puede mantener a los malvados hasta el día del juicio, cuando complete su castigo.