Entonces el Señor le dijo a la serpiente: “Por lo que has hecho, serás maldita entre todos los animales. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo mientras vivas.
La serpiente era más astuta que cualquiera de los otros animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Y le preguntó a Eva: “¿En serio Dios dijo que no pueden comer del fruto de todos los árboles del jardín?”
Serás derribado, hablarás desde el suelo, murmurando en el polvo. Tus palabras saldrán como un fantasma de la tumba; tu voz será un susurro desde el polvo.
El lobo y el cordero comerán juntos. El león comerá paja como el buey. Las serpientes comerán polvo. Nada causará daño ni perjuicio en ninguna parte de mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor, así como el agua llena el mar.
“Así que asegúrate de observar la diferencia entre las aves y animales limpios e inmundos. No se vuelvan inmundos por causa de ningún animal o ave, ni por nada que corra por la tierra. He dejado clara la diferencia: son inmundos para ustedes.
Lamerán el polvo como las serpientes, y serán como reptiles que se arrastran sobre la tierra. Saldrán temblando de sus castillos para encontrarse con el Señor nuestro Dios, temerosos y aterrorizados ante él.