“Tienes dentro de ti dos naciones”, respondió el Señor. “Darás a luz a dos hijos que competiránel uno contra el otro. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor será siervo del menor”.
Que los pueblos de distintas naciones te sirvan y se inclinen ante ti. Que todos los que te maldigan sean malditos, y que sean benditos todos los que te bendigan”.
Puede que hayas derrotado a Edom. Ahora te has vuelto arrogante. Quédate en casa y disfruta de tu victoria. ¿Por qué provocar problemas que te harán caer a ti, y a Judá contigo?”
A partir de este momento, Edom se rebeló contra el gobierno de Judá, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Al mismo tiempo, Libna también se rebeló contra su gobierno, porque había abandonado al Señor, el Dios de sus antepasados.