Entonces dijo: “Hijo mío, tráeme de la comida de caza que me has preparado para comer, y así podré darte mi bendición”.Así que Jacob trajo para su padre Isaac comida para comer y vino para beber.
“En realidad eres tú mi hijo Esaú?” preguntó de nuevo. “Si, soy yo”, respondió Jacob.
Después Isaac le dijo a Jacob: “Ven y bésame, hijo mío”.
Prepárame una comida de buen sabor para que yo coma, y para bendecirte antes de morir”.