Por eso escribí lo que escribí, para no estar triste por los que deberían causarme alegría. Estaba muy seguro de que todos ustedes participarían de mi felicidad.
También enviamos con ellos a otro hermano que ha demostrado en muchas ocasiones ser un hombre de confianza, y que está dispuesto a ayudar. Ahora tiene aún más disposición de ayudar por la gran confianza que tiene en ustedes.
Estoy seguro en el Señor que ustedes no cambiarán su manera de pensar, y que el que los está confundiendo afrontará las consecuencias, quienquiera que sea.