Cada uno de ellos arrojó su bastón y también se convirtieron en serpientes, pero el bastón de Aarón se tragó todos sus bastones.
Pero el Faraón llamó a sabios y hechiceros, y estos magos egipcios hicieron lo mismo usando sus artes mágicas.
Sin embargo, el Faraón tenía una actitud dura y terca, y no los escuchaba, como el Señor había predicho.
Los magos no pudieron venir nicomparecer ante Moisés, porque ellos y todos los demás egipcios estaban cubiertos de llagas.
Pero estas personas no llegan muy lejos. Su estupidez será evidente para todos, así como la de Janes y Jambres.
Pero ustedes pertenecen a Dios, mis amigos, y los han vencido, porque el que está en ustedes es más grande que el que está en el mundo.