Levantó el altar del holocausto cerca de la entrada del Tabernáculo de Reunión, y presentó el holocausto y la ofrenda de grano, como el Señor le había ordenado.
acerquémonos a Dios, con mentes sinceras y plena confianza. Nuestras mentes han sido rociadas para purificarlas de nuestros malos pensamientos, y nuestros cuerpos han sido lavados y limpiados con agua pura.