Moisés y Aarón viajaron a Egipto. Allí reunieron a todos los ancianos israelitas.
Envió a su siervo Moisés, junto con Aarón, a quienes había escogido.
Entonces Moisés bajó, convocó a los ancianos del pueblo y les presentó todo lo que el Señor le había ordenado decir.
El Señor le dijo a Moisés: “Subana la presencia del Señor, tú y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel. Deben adorar a distancia.
Pero Dios no hirió a los líderes de Israel. Ellos lo vieron, y luego comieron y bebieron una comida sagrada.
“Ve y llama a todos los ancianos de Israel para que se reúnan contigo. Diles: ‘El Señor, el Dios de tus padres, se me ha aparecido, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Él dijo: He prestado mucha atención a lo que te ha pasado en Egipto.