Todos sus vecinos les apoyaron con regalos de plata y oro, con bienes y ganado, y con otros objetos de valor, además de todas sus donaciones voluntarias.
Donde quiera que los sobrevivientes vivan actualmente, que sean ayudados por la gente de esa región con plata, oro, bienes y ganado, junto con una donación voluntaria para el Templo de Dios en Jerusalén’”.
Al cuarto día, la plata y el oro y los objetos del Templo fueron pesados en el Templo de nuestro Dios y entregados a Meremot, hijo del sacerdote Urías, acompañado por Eleazar, hijo de Finees. También estaban presentes los levitas Jozabad, hijo de Jesúa, y Noadías, hijo de Binui.
El Señor había hecho que los egipcios miraran tan favorablemente a los israelitas que aceptaron su petición. De esta manera se llevaron las riquezas de los egipcios.