Tus dientes son tan blancos como un rebaño de ovejas recién esquiladas y lavadas. No te falta ninguno: ¡todos están perfectamente emparejados!
Tus dientes son tan blancos como un rebaño de ovejas recién esquiladas y lavadas. No falta ninguno; todos están perfectamente emparejados.
Por favor, aparta tus ojos de mí: ¡me están volviendo loco! Tu pelo baja como un rebaño de cabras que desciende del monte Galaad.
Tus mejillas son del color del rubor de las granadas detrás de tu velo.
Entonces vio una higuera junto al camino, y se dirigió hacia ella pero no encontró ningún fruto, sino solamente hojas. Entonces le dijo a la higuera: “¡Ojalá que nunca más puedas producir fruto!” E inmediatamente la higuera se marchitó.
Ahora lancen a este siervo inútil en la oscuridad donde habrá llanto y crujir de dientes’.