“Pero en cuanto a ti, Daniel, mantén este mensaje en secreto, y sella el libro cerrado hasta el tiempo del fin. Muchos buscarán por aquí y por allá, y el conocimiento será cada vez mayor”.
¿Quién es sabio para entender todo esto? ¿Quién tiene el discernimiento para entender? Los caminos del Señor son rectos, pero los rebeldes se tropiezan y caen.
“Ustedes son privilegiados porque a ustedes se les han revelado los misterios del reino de los cielos, pero ellos no tienen ese conocimiento”, respondió Jesús.
Y el dragón se paró en la orilla del mar. Entonces vi a una bestia saliendo del mar. Tenía diez cuernos y siete cabezas, con diez coronas pequeñas en sus cuernos, y tenía nombres blasfemos en sus cabezas.
Aquí se requiere sabiduría. Y todo el que tenga entendimiento debe calcular el número de la bestia, pues es el número de un hombre. Y su número es 666.
Entonces me llevó en el Espíritu a un lugar desierto, y vi a una mujer que estaba sentada sobre una bestia escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos y estaba cubierta con nombres blasfemos.
Y el ángel me preguntó: “¿Por qué estás asombrado? Te explicaré el misterio de la mujer y la bestia sobre la cual estaba montada, y que tenía siete cabezas y diez cuernos.