Por lo tanto no me quedaré con nada, excepto lo que mis hombres han comido, y la parte de los que me han acompañado, es decir, permite que Aner, Escol, y Mamré conserven su parte”.
Entonces Salomón convocó ante él, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, incluidos todos los jefes de las tribus y los jefes de familia de los israelitas. Les ordenó que subieran con ellos el Arca del Pacto del Señor desde Sión, la Ciudad de David.