Así que los hombres de Joab, junto con los queretanos, los peletanos, y todos los combatientes experimentados, salieron de Jerusalén para perseguir a Seba, hijo de Bichri.
Benaía, hijo de Joiada, un fuerte guerrero de Cabseel, hizo muchas cosas sorprendentes. Mató a dos hijos de Ariel de Moab. También fue tras un león a un pozo en la nieve y lo mató.
En otra ocasión mató a un enorme egipcio. El egipcio tenía una lanza en la mano, pero Benaía lo atacó sólo con un garrote. Agarró la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza.