Cuando llegó la mañana del tercer día hubo truenos y relámpagos, y una nube espesa cubrió la montaña. Hubo un fuerte sonido de cuerno de carnero, y todos en el campamento temblaron de miedo.
El Señor es lento en enojarse, tiene gran poder y no dejará al culpable sin castigo. Él camina en medio del torbellino y la tormenta; las nubes son como polvo bajo sus pies.