¿Por qué te fuiste huyendo en secreto, tratando de ponerme una trampa? ¿Por qué no viniste a decírmelo? Si lo hubieras hecho, te habría preparado una Buena despedida, con música con panderetas y liras.
Barzilai era muy anciano, de ochenta años de edad, y como era un hombre muy rico, le había proporcionado alimentos al rey mientras se encontraba en Mahanaim.