Entonces Absalón envió a sus cómplices de entre todas las tribus de Israel, diciendo: “Cuando oigan el sonido del cuerno de carnero, griten: ‘¡Absalón es rey en Hebrón!’”
Porque yo, tu siervo, hice esta promesa mientras vivía en Guesur, en Aram, diciendo: ‘Si el Señor me hace volver a Jerusalén, adoraré al Señor en Hebrón’”.
David aceptó de Abigail lo que le había traído y le dijo: “Puedes irte a casa en paz, porque estoy de acuerdo con tu consejo y te concedo tu petición”.