Urías respondió: “El Arca y los ejércitos de Israel y de Judá están viviendo en tiendas, y mi amo Joab y sus hombres están acampados al aire libre. ¿Cómo voy a ir a casa a comer y beber y a dormir con mi mujer? Por mi vida no haré tal cosa”.
El Señor envió a Natán a ver a David. Cuando llegó allí, le dijo: “Había una vez dos hombres que vivían en la misma ciudad. Uno era rico y el otro pobre.