A todo el que ustedes perdonen, yo también perdono. Lo que he perdonado, sea lo que sea, lo he perdonado ante Cristo, en beneficio de ustedes.
Les digo la verdad: todo lo que prohíban en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitan en la tierra, será permitido en el cielo.
Si ustedes perdonan los pecados a alguien, le serán perdonados; pero si ustedes no lo perdonan, quedarán sin ser perdonados”.
Cuando se reúnan en el nombre del Señor Jesús, estaré allí con ustedes en espíritu y con el poder de nuestro Señor Jesús.
Porque el Dios que dijo: “Que brille la luz en medio de la oscuridad”, brilló en nuestros corazones para iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.
De modo que somos embajadores de Cristo, como si él rogara por nosotros: “Por favor, vuelvan a él y sean sus amigos”
Viviendo vidas irreprensibles en el conocimiento de Dios, con mucha paciencia, siendo amables y llenos del Espíritu Santo, mostrando amor sincero.
Sean amables y compasivos unos con otros, perdonándose unos a otros, así como Cristo los perdonó a ustedes.