Todo muro que se interpone contra el conocimiento de Dios es derribado. Todo pensamiento rebelde es capturado y conducido a un acuerdo de obediencia a Cristo.
El Señor aceptó tal sacrificio, y dijo para sí mismo: “No volveré a maldecir a la tierra por culpa de los seres humanos, aunque cada uno de sus pensamientos sea perverso desde su niñez. Y no volveré a destruir a los seres vivos como lo acabo de hacer.
A causa de tu fiera ira contra mí, y porque sé cómo me faltas al respeto, voy a poner mi garfio en tu nariz y mi bocado en tu boca, y te obligaré a regresar por donde viniste”.
“¿Quién es este ‘Señor’ para que yo escuche su petición de dejar ir a Israel?” respondió El Faraón. “¡No conozco al Señor y ciertamente no dejaré que Israel se vaya!”
Los malvados deben cambiar sus costumbres y dejar de pensar en hacer algo malo. Deben volverse al Señor para que él tenga misericordia de ellos. Vuelvan a nuestro Dios, porque él es generoso con su perdón.
Corren para hacer el mal; se apresuran a asesinar a inocentes. Sus mentes están llenas de pensamientos pecaminosos; sólo causan estragos y destrucción.
Los hijos de los que te persiguieron vendrán y se inclinarán ante ti; todos los que te despreciaban se postrarán a tus pies y te llamarán Ciudad del Señor, Sión del Santo de Israel.
Todos los árboles del campo sabrán que yo soy el Señor. Puedo derribar al alto y hacer que el árbol bajo crezca en altura. Puedo hacer que el árbol verde se seque, y hacer que el árbol marchito vuelva a ser verde. Yo, el Señor, he hablado y lo haré”.
Así que ahora yo, Nabucodonosor, alabo, honro y glorifico al Rey del Cielo, porque todo lo que hace es correcto y sus caminos son verdaderos. Él es capaz de humillar a los que son orgullosos.
porque aunque conocieron a Dios, no lo alabaron ni le agradecieron, sino que su pensamiento respecto a Dios se convirtió en necedad, y la oscuridad llenó sus mentes vacías.
y ahora visible. A través de los escritos de los profetas, y siguiendo el mandato del Dios eterno, El misterio de la verdad es dado a conocer a todos, en todos lados a fin de que puedan creer y obedecerle;
pero veo que hay una ley distinta que obra dentro de mí y que está en guerra con la ley que mi mente ha decidido seguir, convirtiéndome en un prisionero de la ley de pecado que está dentro de mí.
La sabiduría de este mundo es completa necedad para Dios. Como dice la Escritura: “Él usa la inteligencia de los sabios para atraparlos en su propia astucia”,
Al dar esta ofrenda, demuestran su carácter y los que la reciben agradecerán a Dios por su obediencia, pues ella demuestra su compromiso con la buena nueva de Cristo y su generosidad al darles a ellos y a todos los demás.
No tengan malos pensamientos como: “Se acerca el séptimo año en el que se cancelarán las deudas”, para despreciar a los pobres con burlas y rehusarse a darles algo. Ellos se quejarán de ti ante el Señor, y serás hallado culpable de pecado.
Él es el enemigo de Dios, y con arrogancia se coloca por encima de todo lo que se llame Dios y reciba adoración. Incluso se instala en el Templo de Dios, y afirma que él es Dios.
Pues la palabra de Dios es viva y eficaz, y más afilada que espada de dos filos, que penetra hasta separar la vida y el aliento, así como los tendones y los tuétanos, juzgando los pensamientos y las intenciones de la mente.
Ustedes fueron elegidos por Dios, el Padre, en su sabiduría, y son un pueblo santo por el Espíritu, que obedece a Jesucristo y que está rociado con su sangre. Tengan gracia y paz cada vez más.