Samuel permaneció en la cama hasta la mañana. Luego se levantó y abrió las puertas del Templo del Señor como de costumbre. Tenía miedo de contarle a Elí la visión.
El Señor volvió a llamar por tercera vez: “¡Samuel!”. Éste se levantó, fue a ver a Elí y le dijo: “Aquí estoy ¿Me llamabas?” . Entonces Elí se dio cuenta de que era el Señor quien llamaba al muchacho.
Así que Elí le dijo a Samuel: “Vuelve a la cama, y si escuchas el llamado, dile: ‘Habla, Señor, porque tu siervo te escucha’”. Así que Samuel volvió a su cama.