En el caso de Abiatar, el sumo sacerdote, el rey le dijo: “Vete a casa y cuida tus campos. Deberías ser condenado a muerte, pero no te mataré ahora porque llevaste el Arca del Señor Dios por delante de mi padre David y pasaste con él por todos sus momentos difíciles”.
Cuando necesite instrucciones deberá ir ante Eleazar, el sacerdote, quien orará al Señor en su nombre y consultará la decisión usando el Urim. Josué les dará órdenes a todos los israelitas sobre todo lo que deben hacer”.