“‘Te juzgaré por tus propias palabras,’ respondió el rey. ‘Sabes que soy un hombre duro, “que tomo lo que no me pertenece, y cosecho lo que no sembré”.
Está claro que todo lo que dice la ley se aplica a aquellos que viven bajo la ley, para que nadie pueda tener excusa alguna, y para asegurar que todos en el mundo sean responsables ante Dios.
Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.
“El ejército las trajo de los amalecitas”, respondió Saúl. “Les perdonaron las mejores ovejas y reses para sacrificarlas al Señor, tu Dios, pero nosotros destruimos por completo el resto”.