¿Acaso no es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven sus hermanas entre nosotros?” Entonces se sintieron ofendidos y lo rechazaron.
Él lo llevó donde estaba Jesús. Mirándolo fijamente, Jesús le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Pero ahora te llamarás Cefas”, (que significa “Pedro”).
Permítanme explicarles lo que quiero decir. Todos ustedes andan diciendo: “Yo sigo a Pablo”, o “Yo sigo a Apolo”, o “Yo sigo a Pedro”, o “Yo sigo a Cristo”.
Sin embargo, si la esposa que no es cristiana se va, que se vaya. En tales casos el hombre o la mujer que sí son cristianos no tienen ataduras esclavizantes, pues Dios nos ha llamado a vivir en paz.
No obstante, desearía que todos fueran como yo, pero cada persona tiene su propio don de Dios. Una persona tiene uno, mientras otra persona tiene otro.
Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar.
dicen a la gente que no deben comer ciertos alimentos que fueron hechos por Dios y que deben ser aceptados con agradecimiento por parte de quienes creen y conocen la verdad.
Un anciano debe tener una buena reputación, ser esposo de una mujer, y tener hijos creyentes y de los cuales no se diga que son rebeldes y desobedientes.