tal como yo mismo trato de agradar a todos en todo lo que hago. No pienso en lo que me beneficia, sino en lo que beneficia a otros, para que puedan ser salvos.
Ustedes fueron imitadores de nosotros y de Dios cuando recibieron el mensaje, pues a pesar de sus problemas experimentaron el gozo que viene del Espíritu Santo.
No porque no tuviéramos el derecho de hacerlo, sino porque queríamos ser un ejemplo para ustedes, a fin de que pudieran imitar lo que nosotros hacíamos.