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Lucas 9:38 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

38 De pronto, un hombre de entre la multitud, clamó: – Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo.

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Biblia Reina Valera 1960

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Un hombre de la multitud le exclamó: —Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 De pronto un hombre de entre ellos empezó a gritar: 'Maestro, te lo suplico, mira a este muchacho, el único hijo que tengo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 Y he aquí un varón de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas atentamente a mi hijo, que es mi unigénito;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, fíjate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; porque es mi único hijo;

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Lucas 9:38
8 Tagairtí Cros  

Y una mujer cananea, quien vivía en aquella región, comenzó a gritar: – ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio.


Cuando se acercó a la puerta de la ciudad, se encontró con un cortejo fúnebre, el muerto que llevaban a enterrar era el único hijo de una mujer viuda, y mucha gente de la ciudad la acompañaba.


Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, muchas personas buscaban a Jesús.


Él está sufriendo, un espíritu de enfermedad se apodera de él y, de repente, comienza a gritar, convulsionar y a arrojar espuma por la boca. En ocasiones, estos ataques duran mucho tiempo, dejándolo muy debilitado.


Este funcionario había escuchado que Jesús había venido de Judea a Galilea, así que fue donde Él y le rogó que fuera a su casa para sanar a su hijo; porque estaba agonizando.


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