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Juan 4:36 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

36 El que siembra recibe su salario, el que cosecha recibe el fruto para la vida plena, por esta razón, tanto el que siembra como el que cosecha, se alegran.

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Biblia Reina Valera 1960

36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 A los segadores se les paga un buen salario, y los frutos que cosechan son personas que pasan a tener la vida eterna. ¡Qué alegría le espera tanto al que siembra como al que cosecha!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 El segador ya recibe su paga y junta el grano para la vida eterna, y con esto el sembrador también participa en la alegría del segador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Ya el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se alegre juntamente con el que siega.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna, de suerte que lo mismo se alegren el que siembra y el que siega.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra como el que siega juntos se regocijen.

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Juan 4:36
20 Tagairtí Cros  

Y todo el que dejó casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos, campos, por causa de mi nombre, serán recompensados en gran manera y heredarán la vida eterna.


El que cree en su Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en su Hijo no verá la plenitud de vida, por el contrario, la ira de Dios caerá sobre él.


pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed, más bien, el agua que le daré se convertirá en una fuente inagotable de vida eterna.


De cierto, de cierto les digo, el que escucha mi Palabra y cree en el Padre que me envió, tiene vida eterna, y no vivirá el juicio de condenación, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


Mis hermanos, quiero que sepan que muchas veces me he propuesto ir a verlos, pero siempre se me han presentado obstáculos que me han hecho cambiar de planes; he querido ir a visitarlos para ser bendecido por ustedes mediante sus buenos frutos, los mismos que he obtenido en mi trabajo con otros que no son judíos.


Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, glorifican a Dios y son honorables;


Pero ahora son libres del pecado, están comprometidos con Dios, y viven el beneficio de la santificación que los conducirá a la vida eterna.


Porque la paga del pecado es muerte, mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.


Pues, si hago este trabajo por mi propia voluntad, entonces merezco una recompensa, pero no lo he elegido yo, sino que me han confiado la responsabilidad de administrar los misterios salvíficos de Dios.


Entonces, ¿cuál es mi recompensa? El privilegio de predicar el Evangelio que transforma toda la existencia humana gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Es decir, que no hago uso del derecho que tengo de recibir un pago por mi trabajo de anunciar el Evangelio.


¿Saben cuál es nuestra esperanza, alegría y recompensa? Cuando el Señor Jesucristo venga o se manifieste con su presencia, ¿de quién más nos sentiremos orgullosos y felices sino de ustedes?


Cuida de ti mismo y cuida la enseñanza, sé persistente en la doctrina cristiana; pues viviendo el Evangelio, te salvas y también salvarás a los que te oyen.


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