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Juan 3:36 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

36 El que cree en su Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en su Hijo no verá la plenitud de vida, por el contrario, la ira de Dios caerá sobre él.

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Biblia Reina Valera 1960

36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece° al Hijo, no verá vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo no gozará de vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

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Juan 3:36
38 Tagairtí Cros  

Y estos se irán al castigo eterno, pero los que hicieron la voluntad de Dios, tendrán la vida eterna.


Quien crea y se bautice será salvo, pero aquel que no crea estará condenado.


Pues mis ojos ya vieron tu salvación,


y todo ser viviente verá la salvación de Dios”.


A todos los que lo recibieron, a quienes creen y tienen una fe por identidad en su nombre, les dio la autoridad de ser hijos de Dios;


Yo les doy la vida eterna, no se perderán jamás, y no permito que nadie las arrebate de mi mano.


Jesús le respondió diciendo: – En verdad, en verdad te digo, el que no nace de nuevo, no puede vivir, tampoco experimentar el reino de Dios.


El que siembra recibe su salario, el que cosecha recibe el fruto para la vida plena, por esta razón, tanto el que siembra como el que cosecha, se alegran.


De cierto, de cierto les digo, el que escucha mi Palabra y cree en el Padre que me envió, tiene vida eterna, y no vivirá el juicio de condenación, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


Este es el pan que bajó del cielo, no el pan que comieron sus padres y murieron, el que come este pan, vivirá para siempre.


Les digo la verdad, si alguno guarda y practica mi palabra, nunca vivirá la muerte eterna.


Pero los judíos que no creyeron incitaron a los gentiles a que desconfiasen y se enojasen contra los seguidores de Jesús.


porque la ley, trae castigo, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.


Por tanto, ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de Él, seremos salvados del castigo de Dios!


Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús,


Los que tratan de vivir la justicia por sus propios esfuerzos, están destinados a la maldición, porque ha sido escrito: “Maldito todo aquel que no cumpla con todas las prescripciones que han sido escritas en el libro de la ley”.


Que nadie les engañe con palabrerías, porque por este motivo viene el castigo de Dios sobre los desobedientes;


y cómo se mantienen fundamentados en la esperanza de la venida del Hijo de Dios procedente de los cielos, que fue levantado de entre los muertos, es decir, a Jesús quien nos libra del castigo divino que ha de venir.


Porque Dios no nos llamó para recibir el castigo divino, sino que nos llamó para obtener y vivir la salvación mediante nuestro Señor Jesucristo,


¿qué creen que le pasará al que desprecia al Hijo de Dios? Es seguro que recibirá mayor castigo por considerar la sangre de Cristo una basura; esa sangre que estableció la nueva alianza lo había purificado de sus pecados, por eso recibirá un castigo peor por insultar al Espíritu de gracia.


¿cómo escaparemos del castigo si despreciamos o descuidamos la salvación tan magnífica que hemos recibido? El Señor la anunció primero en persona y luego los que la escucharon de Él, la transmitieron hasta nosotros;


¿A quiénes les estaba hablando Dios cuando dijo que nunca llegarían a su destino para descansar, sino a los que desobedecieron?


Entonces vemos que, por su falta de fe, ellos no pudieron entrar por no confiar en la promesa de Dios.


Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre; que es la segunda muerte”.


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