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Juan 14:26 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

26 el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, Él se encargará de hacerles entender todas estas cosas y recordarles lo que yo les enseñé.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante —es decir, al Espíritu Santo—, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 pero el Paracleto,° el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os dije.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os lo enseñará todo, y os recordará cuanto os he dicho yo'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

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Juan 14:26
75 Tagairtí Cros  

El nacimiento de Jesucristo fue así: María, la madre de Jesús, estaba comprometida en matrimonio con José, pero antes de que se casara, ella quedó embarazada por el Espíritu Santo.


Cuando José pensaba todas estas cosas, se le apareció en un sueño un ángel del Señor y le dijo: – José, hijo de David, no temas en recibir a María como tu esposa, porque este niño que lleva en su vientre es del Espíritu Santo.


vivan constantemente mis enseñanzas, haciendo discípulos en todas las naciones, bautizándoles en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo;


Yo bautizo con agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo y ni siquiera soy digno de llevar su calzado. Él los bautizará en Espíritu Santo y en fuego.


Inspirado por el Espíritu Santo, el propio David dijo: “Dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies”.


Cuando sean entregados ante las autoridades, y sean acusados por mi causa, no se angustien por lo que van a hablar, porque todo lo que hablen será inspirado por el Espíritu Santo.


porque él será muy importante ante los ojos del Señor. No beberá vino ni ninguna bebida alcohólica, y será lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre;


El ángel le contestó: – El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá. Por lo tanto, el ser que llevarás en tu vientre es Santo, y será llamado Hijo de Dios.


Y cuando ella escuchó el saludo de María, el bebé que estaba en su vientre, saltó de alegría, y Elizabeth fue llena del Espíritu Santo,


Zacarías, el padre de Juan, fue lleno del Espíritu Santo y profetizó a través de un cántico:


Pues si ustedes que son malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, con mayor razón el Padre Celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan.


Había en Jerusalén un hombre, cuyo nombre era Simeón, era justo y dedicado a Dios, él esperaba la llegada del Mesías para consolar y liberar a Israel, y tenía comunión con el Espíritu Santo,


Miren, yo les envío la promesa de mi Padre sobre ustedes; mientras tanto, quédense en la ciudad de Jerusalén hasta que reciban la unción del poder del Espíritu Santo que viene de lo alto.


y descendió el Espíritu Santo corporalmente en forma de paloma, posándose sobre Jesús. En ese instante, se oyó una voz del cielo, que dijo: “Tú eres mi Hijo amado, en quien mi alma se complace”.


Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: – Cuando tú veas que el Espíritu descienda y pose sobre Él, este es el que bautiza con el Espíritu Santo.


Estas cosas no las entendieron sus discípulos, pero cuando Jesús fue glorificado, ellos comprendieron todas las señales que hizo Jesús y también recordaron que estaban escritas, y que la Escritura siempre habló sobre Él.


Yo le pediré al Padre que les dé un Consolador, para que esté con ustedes para siempre.


Estas cosas las he enseñado estando con ustedes;


Cuando venga el Consolador, a quien enviaré de parte del Padre, que es el Espíritu de la verdad que procede del Padre, Él testificará acerca de mí.


Pero les digo la verdad, es conveniente que yo me vaya; porque si no me voy, no hay forma de que venga el Consolador, pero si yo me voy, les enviaré el Consolador.


Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, los discípulos recordaron lo que Él había dicho, y creyeron en la Escritura y en la Palabra que Jesús enseñó.


Diciendo esto, sopló y exclamó: – ¡Reciban al Espíritu Santo!;


Está escrito en los profetas: “Y todos serán enseñados por Dios”; en efecto, todo el que escuchó y aprendió del Padre, viene a mí.


Jesús dijo esto refiriéndose al Espíritu Santo, que sería recibido por todos los que creyeran en Él; porque aún no había sido derramado el Espíritu, pues Jesús todavía no había sido glorificado.


hasta el día en que fue recibido arriba, pero antes de irse, Jesús dio órdenes con el poder del Espíritu Santo a los apóstoles que escogió.


Estando reunidos, mientras comía con ellos, les ordenó: – No salgan de Jerusalén, quédense aquí para recibir la promesa del Padre, de la cual les he hablado.


pero recibirán poder sobrenatural cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y serán mis testigos con sus propias vidas, no solo en Jerusalén, sino en toda Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.


entonces recordé la Palabra que el Señor había dicho: “Juan bautizó en agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo”.


Ellos estaban en un culto de adoración para el Señor y mientras estaban ayunando, el Espíritu Santo dijo: – Apártenme a Bernabé y a Saulo para la misión que les he encomendado.


Así que, enviados por el Espíritu Santo, Bernabé y Saulo llegaron a Seleucia y de ahí navegaron a la isla de Chipre.


Porque nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros, no imponerles a ustedes más cargas aparte de estas reglas básicas:


Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a ellos dándoles el Espíritu Santo, así como nos lo dio a nosotros;


Pasaron por Frigia y por la región de Galacia; porque el Espíritu Santo les impidió predicar la Palabra en Asia;


Cristo está exaltado a la derecha de Dios. El Padre prometió a Jesús el Espíritu Santo, y ahora Jesús ha derramado en nosotros ese mismo Espíritu, como nos había prometido. ¡Y esto es lo que ustedes están viendo y oyendo!


Y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu les capacitaba para que compartieran el Evangelio que transforma toda la existencia humana.


Ustedes deben cuidarse a sí mismos y cuidar al rebaño, ya que el Espíritu Santo les dio la responsabilidad de pastorear la iglesia de Dios, la cual compró con la sangre de su propio Hijo.


Este fue el ejemplo que les enseñé, deben trabajar así y ayudar a los débiles, recordando también lo que dijo nuestro Señor Jesús: “Es más plenamente feliz el que da, que el que recibe”.


Y como no pudieron ponerse de acuerdo entre sí, comenzaron a irse cuando Pablo añadió esta última declaración: – Con razón el Espíritu Santo les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías diciendo:


Pero Pedro le dijo: – Ananías, ¿por qué permitiste que Satanás llenara tu corazón para mentirle al Espíritu Santo y quedarte con una parte del dinero, producto de la venta de la propiedad?


¡Ustedes son tercos e incircuncisos de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!


Él, lleno del Espíritu Santo, fijó sus ojos al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios.


Porque el reino de Dios no se trata de comida ni de bebida, sino que consiste en la práctica de la justicia, en la paz y en el gozo del Espíritu Santo.


Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a través de la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.


para ser ministro de Jesucristo, como un sacerdote al servicio de los no judíos, dedicado a proclamar el Evangelio de Dios, a fin de que los no judíos lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo.


y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor sacrificial en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.


Por eso les advierto, que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede reconocer que “Jesús es el Señor” sino por el Espíritu Santo.


¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo y que el Espíritu Santo habita en ustedes? Entonces, ustedes no son dueños de su cuerpo,


A pesar de todo esto, seguimos sirviendo con pureza, con conocimiento, con paciencia, con bondad, en el Espíritu Santo, con amor sacrificial sin hipocresía,


En Cristo ustedes han escuchado la Palabra de verdad, el Evangelio que transforma toda la existencia humana, que los conduce a la salvación. A través de la fe, ustedes fueron marcados con el sello del Espíritu Santo, que les había sido prometido;


Le pido a Dios, el Padre de gloria de nuestro Señor Jesucristo, que siempre les dé un espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo verdaderamente;


Y no decepcionen al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.


Por lo tanto, el que no hace caso a estas enseñanzas no está negándose a obedecer a seres humanos, más bien está rechazando a Dios, ya que Él nos da su Espíritu Santo en nuestro interior.


Guarda esta enseñanza de salvación por medio del Espíritu Santo que vive en nosotros.


y nos salvó, no por mérito nuestro, tampoco por las obras que pudiéramos hacer, sino por su misericordia y a través de la purificación, regeneración y renovación del Espíritu Santo.


El Espíritu Santo también nos lo confirma, dando testimonio en nosotros. Primero dice:


Dios también la confirmó utilizando señales, maravillas y poderes sobrenaturales distribuidos por medio del Espíritu Santo, según su voluntad.


Por eso, como dice el Espíritu Santo: “Si ustedes oyen hoy la voz de Dios,


Con esto, el Espíritu Santo quería enseñar que todavía no se había revelado el camino para que todos pudieran entrar al Lugar Santísimo, a la presencia de Dios, solo podrían llegar hasta la primera parte, para ofrecer servicios indirectos de adoración a Dios.


A los cuales se les manifestaron todas estas cosas, pero no para ellos sino para ustedes. Ellos solamente profetizaron en su tiempo lo que ustedes iban a vivir y estas cosas han sido anunciadas a través de la predicación del Evangelio, que es garantizada por el Espíritu Santo enviado desde el cielo y los mismos ángeles anhelaban profundamente ser parte de esta historia de salvación.


porque ningún hombre trajo la profecía por voluntad propia, sino que fue dada por el Espíritu Santo de Dios y hablaron en nombre de Dios.


Y ustedes tienen la unción, dada por Jesucristo a través del Espíritu Santo, que significa la consagración y pertenencia a Dios y por medio de esta unción tienen sabiduría que viene de Dios.


La unción, que es la consagración en la vida cristiana que ustedes recibieron de parte de Jesucristo a través del Espíritu Santo, siempre permanece en ustedes, y no hay ninguna necesidad de que alguna persona que no sea parte del grupo les enseñe, sino que la misma naturaleza de la unción o consagración les capacita y les enseña acerca de toda la doctrina cristiana. Esta unción es verdadera, no hay falsedad en ella y así como les enseñé a ustedes, siempre permanezcan unidos a Cristo y vivirán la auténtica consagración.


Pues tres son los que testifican:


Pero ustedes, mis amados, edifíquense a sí mismos practicando una fe de identidad, conectados con el Espíritu Santo en constante oración, que es fruto de una intimidad con Dios que produce la identidad de Cristo en ustedes, reflejada en una transformación integral de vida y renovación continua por medio de la gracia de Dios.


El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte. El mensaje a Pérgamo


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