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Juan 11:25 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

25 Le dijo Jesús: – Yo soy la resurrección y la vida plena; el que cree en mí, aunque muera, vivirá.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Le dijo Jesús: 'Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Jesús le respondió: 'Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque muera, vivirá;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

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Juan 11:25
41 Tagairtí Cros  

Entonces Jesús le respondió: – En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso.


En Cristo estaba la vida plena, esta vida es la luz de la humanidad.


En poco tiempo el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo, también ustedes vivirán.


Jesús le contestó: – Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie llega al Padre si no es por mí.


En efecto, de tal manera amó Dios al mundo, con amor sacrificial, que entregó a su Hijo, el Unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.


El que cree en su Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en su Hijo no verá la plenitud de vida, por el contrario, la ira de Dios caerá sobre él.


Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quien Él quiere.


Porque el Padre tiene vida plena en sí mismo, así también el Hijo tiene vida plena en sí mismo, pues se la dio el Padre.


Declaró Jesús: – Yo soy el pan de vida; el que viene a mí de ninguna forma tendrá hambre, y el que cree en mí, nunca más tendrá sed.


Nadie puede venir a mí, a no ser por mi Padre, Él lo traerá y yo lo resucitaré en el último día.


y mataron al Autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, del cual nosotros somos testigos,


Como está escrito: “Te he hecho padre de muchas naciones”; así delante de Dios, Abraham es el padre de todos nosotros, porque creyó en esta promesa, porque Dios puede dar vida a los muertos y llamar a existencia las cosas que no son como si ya existieran.


porque por medio de Él, la ley del Espíritu que da vida plena nos liberó de la ley del pecado y de la muerte.


Entonces, los que murieron creyendo en Cristo también están perdidos.


De otra manera, ¿qué harían los que se bautizan por los muertos? Si los muertos no son resucitados, ¿para qué se bautizan por ellos?


Sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con Él y nos llevará junto con ustedes a su presencia.


Estoy angustiado, me siento presionado por dos posibilidades: por una parte deseo partir para estar con Cristo, porque eso sería muy bueno,


Cuando conozco íntimamente a Cristo, el poder sobrenatural de su resurrección transforma mi existencia y paso a tener comunión con Él en sus padecimientos; quiero parecerme a Él también en la muerte,


Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios concederá la vida eterna a los que murieron en Cristo, para vivir por siempre con Él.


Soy el que vive; estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo las llaves de la muerte y del Hades.


esta es la primera resurrección. Los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años.


Él enjugará toda lágrima de sus ojos; ya no existirá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado”.


Luego el ángel me mostró un río de agua de vida plena, brillante como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero;


El Espíritu y la novia dicen: “¡Ven!”. Y el que escuche diga: “¡Ven!”. Que todo aquel que tenga sed venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua del don de la salvación y de la vida plena.


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