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Hechos 21:8 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

8 Al día siguiente, llegamos a Cesarea, y entramos en la casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete diáconos y nos quedamos con él.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Al día siguiente, continuamos hasta Cesarea y nos quedamos en la casa de Felipe el evangelista, uno de los siete hombres que habían sido elegidos para distribuir los alimentos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Al día siguiente nos dirigimos a Cesarea. Entramos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete, y nos hospedamos allí;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Al día siguiente salimos y fuimos° a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe,° el evangelista, el cual era uno de los siete, posamos con él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Salimos al día siguiente y llegamos a Cesarea; entramos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, y nos quedamos con él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y al día siguiente, partiendo Pablo y los que con él estábamos, vinimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él.

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Hechos 21:8
18 Tagairtí Cros  

En Cesarea había un romano llamado Cornelio, que era capitán de un grupo de cien soldados, conocido como Regimiento Italiano,


Esta visión fue una revelación para Pablo, por eso enseguida empezamos los preparativos para salir hacia Macedonia, estando conscientes de que Dios nos estaba llamando a anunciar el Evangelio que transforma toda la existencia humana en Europa.


Un sábado fuimos a la orilla del río, en las afueras de la ciudad. Fuimos informados que por allí había un lugar de oración. Al llegar, nos sentamos y hablamos con las mujeres que se reunían en aquel lugar.


En una ocasión, mientras íbamos al lugar de oración, una muchacha nos salió al encuentro. Tenía un espíritu de adivinación, el cual producía mucho dinero para sus dueños.


Cuando llegó al puerto de Cesarea, fue a saludar a la iglesia. Después salió hacia la ciudad de Antioquía.


Nosotros nos adelantamos, zarpamos para Asón, donde íbamos a recoger a Pablo. Porque este fue el acuerdo, ya que Pablo iba a hacer esa parte del viaje por tierra.


Y nosotros nos embarcamos desde Filipos después que pasó la fiesta de los Panes sin levadura; cinco días después nos encontramos con los demás en Troas y allí nos quedamos siete días.


Algunos de los discípulos de Cesarea nos acompañaron y nos condujeron a la casa de Mnasón, donde íbamos a hospedarnos. Este era de Chipre, y uno de los primeros discípulos.


Entonces el comandante llamó a dos de sus capitanes y les ordenó: – Preparen un destacamento de doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros para que vayan a Cesarea esta noche a las nueve.


Cuando se decidió que teníamos que navegar hacia Italia, entregaron tanto a Pablo como a otros prisioneros a un capitán romano llamado Julio, de un batallón especial que estaba al servicio del emperador.


Pasamos tres meses maravillosos en Malta y abordamos un barco de la ciudad de Alejandría que había estado allí en la isla todo el invierno. El barco tenía por insignia a los dioses Dióscuros.


Al llegar a la ciudad las autoridades permitieron que Pablo tuviera una prisión domiciliar, viviera aparte y no en la cárcel. Solo dejaron a un soldado para que lo vigilara.


La propuesta le pareció una buena idea a todo el grupo y eligieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás; un gentil de la región de Antioquía convertido a la religión judía.


Cuando los hermanos en la fe cristiana se enteraron de que planeaban matarlo, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.


A algunos les dio la capacidad de ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y a otros maestros;


Pero tú compórtate bien en todo, soporta los sufrimientos, sigue evangelizando a los perdidos y cumple con tu ministerio y vocación.


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