Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Hechos 2:39 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

39 Porque la promesa también es para ustedes, para sus hijos, para los que están lejos, y para todos a los que el Señor nuestro Dios llame.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para los que están lejos, es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Porque el don de Dios es para ustedes y para sus hijos, y también para todos aquellos a los que el Señor, nuestro Dios, quiera llamar, aun cuando se hayan alejado.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos llame el Señor nuestro Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 porque esta promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos cuantos, estando lejos, el Señor nuestro Dios se dignare llamar'.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Féach an chaibidil Cóip




Hechos 2:39
41 Tagairtí Cros  

Y los que acompañaban a Pedro, que eran judíos fieles de la circuncisión, quedaron admirados porque el Espíritu Santo se había derramado como un don de la salvación sobre los que no eran judíos.


Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y contaron todo lo que Dios hizo a través de ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los que no son judíos.


Simón Pedro nos explicó cómo Dios, desde un principio, dejó claro que los no judíos serían incluidos en su plan de salvación y que les permitiría formar parte de su pueblo.


Por tal razón ellos prepararon el viaje, apoyados por la iglesia de Antioquía; pasaron por Fenicia y también por Samaria, contando detalles sobre la conversión de los no judíos y esto causaba gran alegría a todos los hermanos en cada lugar.


Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio a ellos dándoles el Espíritu Santo, así como nos lo dio a nosotros;


Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables.


A los que invitó, también los llamó a la identidad de su Hijo; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.


también nos llamó, sin importar que fuéramos judíos o no lo fuéramos.


a mis compatriotas israelitas, quienes son los hijos que Dios adoptó y les mostró su gloria cuando recibieron los pactos que hizo con su pueblo; Dios les dio la ley, les dio una liturgia, es decir, una manera de adorar, y les hizo promesas;


Porque el esposo no creyente es santificado en la fe de su esposa, y también la esposa no creyente es santificada en la fe de su esposo; si esto no fuera cierto, entonces sus hijos serían impuros, pero ahora ellos son santos.


que sean iluminados y abran sus mentes, para que vean la riqueza de la herencia que Dios ha preparado para su pueblo y sepan cual es la esperanza del llamado de Dios en Cristo,


En aquellos tiempos estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, ajenos a las promesas y a la alianza que Dios hizo con su pueblo, ustedes vivían en este mundo sin esperanza y sin Dios.


manténganse unidos, porque hay un solo cuerpo, un solo espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza de salvación,


Por eso siempre oramos por ustedes, para que sean considerados dignos del llamamiento de nuestro Dios y que su poder perfeccione en ustedes la disposición para vivir su ética, mediante toda obra que realicen motivados por la fe.


que nos salvó y nos llamó, con una vocación santa. Esta salvación no se da por nuestras propias obras, sino a través de una gracia redentora que nos fue dada por medio de Jesucristo, desde la eternidad.


Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos; Jesús es el centro de nuestra fe.


De manera que Cristo fue mediador de una nueva alianza, para que los llamados reciban las promesas eternas, porque Cristo murió para redimir los pecados que fueron cometidos cuando estaban bajo la primera alianza.


Dios, el dueño de la vida, que es gracia, los llamó a vivir la gloria eterna en Cristo, después de que ustedes hayan vivido los sufrimientos, Él mismo los perfeccionará, les dará estabilidad en la fe, los mantendrá fuertes en la esperanza y les dará un fundamento sólido.


Por lo tanto, hermanos, sean firmes y coherentes al llamamiento que Dios les hizo en Cristo; porque si practican todos estos valores cristianos, jamás caerán.


A través de su divino poder, Dios nos regaló una vida plena y todas las cosas que necesitamos para una vida consagrada; todos las recibimos por medio de un conocimiento profundo de Dios, producto de su bondad y gloria,


pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá porque Él es Señor de señores y Rey de reyes; Él los vencerá, y también hará vencedores a los que están con Él, quienes son llamados, convocados y fieles.


Y me dijo: Escribe: “¡Plenamente felices los que han sido invitados a la fiesta de bodas del Cordero!”. Luego me dijo: “Estas son verdaderas palabras de Dios”.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí