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Hechos 13:25 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

25 Al final de su ministerio, Juan decía: – “¿Quién creen ustedes que soy yo? Yo no soy el Mesías, pues Él viene después de mí y no soy digno ni de desatarle sus sandalias”.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Cuando estaba en los últimos días de su ministerio, Juan preguntó: “¿Creen ustedes que yo soy el Mesías? No, ¡no lo soy! Pero él pronto viene, y yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo ni de desatarle las sandalias de sus pies”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Y cuando estaba para terminar su carrera, Juan declaró: 'Yo no soy el que ustedes piensan, pero detrás de mí viene otro al que yo no soy digno de desatarle la sandalia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Y cuando Juan terminaba la carrera, decía: ¿Qué° pensáis que soy yo? No soy yo;° sino que detrás de mí viene uno de quien no soy digno de desatar la sandalia de sus pies.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Estando ya Juan a punto de terminar su carrera, declaró: 'Yo no soy lo que pensáis que soy; sino que detrás de mí viene aquel de quien yo no soy digno de desatar la sandalia de los pies'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Y cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy yo? No soy yo Él. Mas, he aquí, viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies.

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Hechos 13:25
19 Tagairtí Cros  

Yo bautizo con agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo y ni siquiera soy digno de llevar su calzado. Él los bautizará en Espíritu Santo y en fuego.


Y predicaba a la gente: – Se acerca uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno ni de inclinarme para desatar las correas de sus sandalias.


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!;


Yo lo vi, lo viví y testifiqué que Él es el Hijo de Dios.


y viendo a Jesús caminando, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios!


Jesús respondió: – Mi comida es hacer la voluntad de Aquel que me envió y completar su misión.


El que habla de sí mismo, busca su propia gloria y éxito, pero el que busca la gloria y el éxito del que lo envió, es verdadero y no habita ningún tipo de injusticia en él.


David, a la verdad, sirvió a su propia generación, cumpliendo la voluntad de Dios, después murió y se reunió con sus padres, pero él sí vio la descomposición de su carne.


Pablo les explicó: – Juan enseñó un bautismo de arrepentimiento; él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.


Sin embargo, no me importa si tengo que sacrificar mi propia vida, ya que mi gran objetivo es terminar mi carrera y cumplir satisfactoriamente con el ministerio que recibí del Señor Jesús, que es testificar solemnemente el Evangelio que transforma toda la existencia humana y es producto de la gracia de Dios.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor; por amor a Jesús, nos ponemos al servicio de ustedes.


He peleado una gran batalla, mi carrera ha llegado al final, pero lo más hermoso es que he conservado la fe por identidad en Cristo Jesús.


Cuando los dos testigos terminen su testimonio, la bestia que sale de la profundidad del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará.


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