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Hebreos 2:11 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

11 Por tanto, el que santifica, como los que son santificados, proceden de un mismo Padre, Dios, por esta razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos;

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 de este modo el que comunicaba la santidad se identificaría con aquellos a los que santificaba. Por eso él no se avergüenza de llamarnos hermanos, cuando dice:

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque el que santifica y los que son santificados, son todos de Uno, por esta razón no se avergüenza de llamarlos hermanos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Además, tanto el que consagra como los consagrados proceden todos del mismo origen, y por esto precisamente no se avergüenza de llamarlos hermanos

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

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Hebreos 2:11
19 Tagairtí Cros  

Y contestando el rey, dijo: “En verdad les digo, en la medida que lo hicieron a uno de mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicieron”.


Entonces Jesús les dijo: – No teman; corran, anuncien a mis hermanos que vayan a Galilea y allí me verán.


Y mirando a su alrededor, ya que ellos estaban sentados en círculo, les dijo: – ¡Aquí están mi madre y mis hermanos!


Porque cualquiera que se avergüence de mí y de mi enseñanza frente a esta generación infiel y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre, junto con sus santos ángeles.


Porque todo aquel que se avergüence de mí y de mi enseñanza, de él también se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, la de su Padre, y acompañado por sus santos ángeles.


y por estos creyentes me santifico, a fin de que ellos sean santificados en la verdad.


Para que todos sean uno, como Tú y yo somos uno, y que también ellos fundamenten su unidad en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.


Jesús dijo: – No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero anda donde mis hermanos y diles que subo a mi Padre, quien es padre de ustedes, y a mi Dios, quien es Dios de ustedes.


A partir de una sola persona hizo toda la humanidad, para que poblase toda la tierra, Dios también determinó y puso límites a todo el cosmos;


“en Él vivimos, nos movemos y existimos”. Como dicen algunos de sus poetas: “Porque somos hijos de Dios”.


Porque Dios siempre supo lo que estaba haciendo, Él decidió desde el principio llamar a los que lo aman a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.


pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios mandó a su Hijo que nació de una mujer y vivió bajo la ley;


En virtud de esa voluntad, somos santificados y perfeccionados, mediante el sacrificio del cuerpo de Cristo, que fue único y definitivo.


Con una sola ofrenda, Cristo perfecciona constantemente a los que Él santifica.


pero ellos aspiraban a una patria mejor, un hogar celestial. Por eso, Dios no se avergonzó de ser su Dios y les preparó una ciudad.


Por lo cual Jesús también sufrió la muerte fuera de la ciudad, para purificar a su pueblo con su propia sangre.


Así pues, como los hijos son de carne y sangre, también Cristo se hizo carne y sangre, para que por medio de su muerte destruyera al que tiene el dominio de la muerte, es decir, al diablo;


Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos; Jesús es el centro de nuestra fe.


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