Filipenses 4:3 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia3 También te hago la petición, mi genuino amigo, que ayudes a estas mujeres, pues ellas lucharon conmigo en la difusión del Evangelio, junto con Clemente y otros colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19603 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente3 Y te pido a ti, mi fiel colaborador, que ayudes a esas dos mujeres, porque trabajaron mucho a mi lado para dar a conocer a otros la Buena Noticia. Trabajaron junto con Clemente y mis demás colaboradores, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)3 Y a ti, Sícigo, verdadero compañero, te pido que las ayudes; no olvides que ellas lucharon conmigo por el Evangelio, lo mismo que Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion3 Ciertamente te ruego también a ti, genuino colaborador,° que las ayudes, ya que ellas lucharon juntamente conmigo en el evangelio, también con Clemente y con los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19753 Y a ti te ruego, mi sincero Sízigo, que les ayudes, ya que ellas me asistieron en la lucha por el evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el Libro de la Vida. Féach an chaibidilBiblia Reina Valera Gómez (2023)3 Y te ruego también a ti, fiel compañero, ayuda a aquellas mujeres que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los otros de mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida. Féach an chaibidil |
Por eso mis queridos hermanos, puesto que Dios nos ha mostrado tanta misericordia, los animo a que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios; ofrezcan su ser como una ofrenda, es decir, que toda su vida esté dedicada a Dios como un culto racional; esta es la adoración que realmente tiene sentido.
La bestia que viste, era pero ya no es; también está a punto de subir del abismo profundo, pero va rumbo a la destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver a la bestia, que era, pero ya no es, y va a venir.